En el mundo de Jujutu Kaisen existe una energía llamada energía maldita, que todos los seres vivos pueden producir a través de sus emociones negativas. Las personas normales no son capaces de controlar esta energía maldita y así es como surgen las Maldiciones (unas criaturas cuyo objetivo es causar el mal en las personas), sin embargo, existen los Hechiceros Jujutsu maestros de técnicas malditas que tienen la capacidad de controlar el flujo de Energía Maldita en sus cuerpos lo que les permite poder eliminar las Maldiciones. La historia comienza con Yūji Itadori, un estudiante que vive con su abuelo. En el último aliento del abuelo le dice a Itadori: "siempre ayuda a la gente" y "muere rodeado de gente", estos mensajes los interpreta como que todos merecen una muerte digna. Luego se enfrenta a Megumi Fushiguro, un hechicero que le informa de un talismán de categoría especial en su escuela con el que Yūji recientemente se puso en contacto. Sus amigos del Club de lo Oculto abrieron el talismán, un dedo podrido, que atrajo a la escuela a las Maldiciones, criaturas que surgen a través de emociones negativas. Incapaz de derrotar a las maldiciones debido a su falta de poderes mágicos, Yūji se traga el dedo para proteger a Megumi y sus amigos y se convierte en el recipiente de Ryōmen Sukuna, una poderosa maldición. Debido a la naturaleza malvada de Sukuna, las reglas dictan que debe ser exorcisado (y, por extensión, a Yūji) de inmediato. Sin embargo, a pesar de estar poseído, Yūji todavía puede mantener el control de su cuerpo la mayor parte del tiempo. Al ver esto, Satoru Gojō, el maestro de Megumi, decide llevarlo a la escuela Tokyo Prefectural Jujutsu High School para proponer un plan a sus superiores: posponer la sentencia de muerte de Yūji hasta que consuma todos los dedos de Sukuna, permitiéndoles matar a Sukuna de una vez por todas.